Cómo lo toman los hermanos
Temperatura de consumo: Se recomienda servir a una temperatura de entre 8 y 12ºC.
Maridaje: langostinos, langosta, salmón. Cocina japonesa o asiática con poco picante. Postres a base de frutas: tarta de fresas, frambuesas.
Notas de cata:
- Vista: color rosado cobrizo.
- Nariz: Intensos aromas de fresas, frutas rojas y almendras tostadas.
- Boca: Sabor muy sutil y elegante con toques de frutas maduras. Con un final muy persistente.
El producto
Este champagne es interesante porque:
- El frescor de un rosado con la estructura de un Bollinger. Claro ejemplo de un savoir-faire único en materia de vinificación de tinto y de dominio del ensamblaje: un vino con un alto grado de tecnicidad, una auténtica alquimia.
- Una de las casas de champagne mas prestigiosa del mundo, que nació en el siglo XIX. Desde 1829, Bollinger ha venido produciendo champagne con un estilo poderoso, sofisticado y complejo. Una seriedad y regularidad que se han mantenido intachables a través de los años.
- En 1884 recibía la Cédula Real de la reina Victoria, convirtiéndose así en proveedor oficial de la corte británica.
- Es el champagne de James Bond. Bollinger saltó de las páginas de la cuarta novela de Ian Fleming, Diamonds are Forever, donde apareció citado por primera vez, a la gran pantalla en 1973. Live and Let Die fue la primera película en la que pudimos ver la pasión de 007 por las elegantes burbujas de este champán.
El origen
Bollinger posee algunas de las viñas más viejas de toda la región y es uno de los escasos productores de la zona que fermenta sus vinos base en roble. Con casi 200 años de historia, Bollinger cuenta con 163 has (el 85% catalogados como grand o primer cru) con un claro dominio de la pinot noir como variedad mayoritaria.
En Bollinger también elaboran magníficos vinos tintos, como el de la mítica Côte aux Enfants de Aÿ. Desde la creación de Bollinger Rosé, en 2008, las parcelas de Poirier Saint-Pierre y Montboeuf en Verzenay se trabajan de la misma manera que Côte aux Enfants para completar la producción. Porque sólo los grandes vinos pueden hacer grandes champagnes.
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